Breve dispensario
Un desierto hecho canción
en aqueste dolor y su capa.
La noche, como el día
Servido en una hilera,
Los terrones guarda.
¡Mi bien, mi sereno y mi cansancio!
Si hundir los destinos,
Es administrar solo el fango.
Otra vendimia para los cuervos,
Otro quejido; uno el recuerdo:
Sin demora, como el tiempo desposado
Manos de labrar,
Vitela como guardas.
Como barcas en pos de un veneno;
Así, así llore mi esperanza.
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