Medea
Mi conciencia lavo,
En la noche de una antorcha.
Seco el rostro,
Despejando las algas de los ojos.
Quedo el labio.
Quedo.
Lienzo purpúreo en el pecho.
Vague así mi mano,
Ponga el sol por testigo
Y blanqueé mis cabellos.
Que pronto he de tender la espuma;
La grácil de los desvelos.
posted by pablo | 9:39 AM
2 Comments:
Que la ofrenda sea.
Que hilen las parcas
y venga el comienzo.
Este poema,
este renacer de saturno
está dedicado a mi mejor amigo
Sergio.
¡Que la locura en tí sea!
Gracias por la invitación.
estoy seguro que será un buen (re) comienzo, lleno de silencios, de oraciones y encuentros.
Un gran abrazo.
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